Para la construcción de un circuito de carreras no hay reglas, depende de lo que el cliente quiera, un circuito con más o menos grip, sin embargo hay que tener en cuenta algunos factores como el clima, el tipo de suelo y el sector donde se pretende realizar la pista.

El ‘grip’ es un término muy usado en el mundo de la competición y no es otra cosa que el poder de agarre de la goma con el asfalto, propiedad que depende de las características de ambos materiales, de la limpieza de los mismos y, fundamentalmente, de la temperatura.

La mejor solución es primero qué tipo de grip quiere el cliente; alto o bajo y luego hacer varias formulaciones de laboratorio y luego llevar algunas a prueba real y que cliente y pilotos lo prueben, y es algo muy interesante dado que en función de la respuesta el técnico de pavimentos tiene que traducirla a un tipo de formulación del pavimento, y lo más importante, que la interpretación de las ‘opiniones de los pilotos probadores’ se hayan llevado bien a la fórmula teórica y ejecución.

Luego entran más variables como la duración de los neumáticos, por supuesto este grip debe ser constante en todo el circuito y cosas como que, si llueve, tiene que drenar y secar rápido para intentar reanudar la carrera puesto que los intereses comerciales de las televisiones son clave.

Igualmente muchos circuitos tienen campañas para adecuar el firme después de la temporada sometiendo a micro fresados o reposiciones de firme establecidas.

Y finalmente lo exigente desde el punto de vista de ejecución de obra son los circuitos ovalados con pendiente, como se ve en la foto no sólo hay que adaptarse a extender el firme asfáltico con extendedora y compactadores inclinados, sino que está inclinación tiene curvatura como se ve en la fotografía.

Conclusión un mundo fascinante no sólo disfrutando en las carreras donde todo puede pasar al igual que en la construcción del circuito de la que se pueden escribir libros.